Texto original del reportaje publicado en la revista Proceso número 1902, del 14 de abril de 2013.
Por Alejandro Navarrete
Estados Unidos consideraba al diario Excélsior dirigido por Julio Scherer como independiente, y el periódico mexicano de más influencia en el país y en toda América Latina.
Pese a estimar que el diario tenía frecuentemente una línea antiestadounidense, e “irritante” en ocasiones para ellos, la Embajada de Estados Unidos recurría en sus análisis frecuentemente a las informaciones de Excélsior y de Scherer, a quien valoraba como uno de los periodistas mejor informados del país.
Un día después del “golpe a Excélsior”, el 9 de julio de 1976, la Embajada de Estados Unidos especulaba que el Presidente Luis Echeverría podría estar buscando sacar del escenario al Excélsior crítico para fortalecer diarios como El Sol de México y El Universal, que ya habían sido señalados en reportes previos de la Embajada como medios donde presuntamente Echeverría tenía intereses y donde buscaría difundir su “voz pública”, una vez que terminara su sexenio.
Así lo revelan los cables diplomáticos de los años 1973 a 1976, desclasificados por el gobierno de Estados Unidos en 2006, y que a partir de la semana pasada pueden ser consultados en la página web de Wikileaks, a través de su nuevo buscador “Plus D” o “Public Library of Us Diplomacy” que incluye no sólo estos nuevos cables, sino los anteriores, del llamado “Cablegate” que Wikileaks difundió mundialmente en 2010, tras la filtración de estos documentos que les hizo el estadounidense Bradley Manning.
LOS CABLES DESCLASIFICADOS EN WIKILEAKS
Los nuevos cables corresponden a la época cuando la política exterior estadounidense era dirigida por el controvertido canciller Henry Kissinger, quien fue Secretario de Estado entre 1969 y 1977 durante las administraciones de Richard Nixon y Gerald Ford, por lo que son identificados por Wikileaks como los “Cables Kissinger”.
En total, el buscador permite revisar 1 millón 707 mil 500 cables desclasificados de estos años (1973-1976), de los cuales 51 mil 642 hacen referencia a México, mucho menos que los 9 mil 422 que se referían al país en los 251 mil 287 cables del 2003 al 2010 filtrados en el “Cablegate” de hace 3 años.
Los cables muestran las tensiones de la época “guerra fría”, los intereses de Estados Unidos por incidir en los gobiernos latinoamericanos y un contexto en donde “comunismo” y el “capitalismo” eran palabras clave para identificar aliados o adversarios políticos.
En México, los cables retratan la segunda mitad del sexenio del Presidente Luis Echeverría Álvarez y la transición hacia el gobierno de su sucesor, José López Portillo, en 1976, etapa convulsa en donde rumores como el de un complot de Echeverría para matar a López Portillo antes de tomar posesión, el de un “golpe de estado”, o el de la de la declaración de un “estado de emergencia” para que Echeverría permaneciera en el poder, fueron evaluados por el Embajada y reportados a la oficina de Kissinger en Washington.
Secuestros a manos de la guerrilla de diplomáticos estadounidenses (incluyendo la muerte del vicecónsul de Estados Unidos, John Patterson) y de políticos mexicanos como el senador de la República y candidato a Gobernador de Guerrero, Rubén Figueroa Figueroa, asesinatos, como el del empresario regiomontano Eugenio Garza Sada, devaluaciones del peso y ataques a la incipiente prensa independiente, como Excélsior, son también parte del clima en el país reflejado en los cables estadounidenses.
LA INFLUENCIA DE EXCÉLSIOR
En ese contexto, la influencia del Excélsior dirigido por Julio Scherer, con su pluralidad de colaboradores y su peso político, se hacía patente tanto en los monitoreos frecuentes de la Embajada de Estados Unidos como en sus análisis especiales de temas relevantes.
En un mensaje al Vicepresidente de Estados Unidos Nelson Rockefeller en septiembre de 1975, el Embajador Joseph John Jova describe a Excélsior como un el periódico más influyente de México y recomienda al político otorgar la entrevista que Julio Scherer le solicitaba como preámbulo a la visita que haría Kissinger a Latinoamérica.
En el cable 1975MEXICO00448_b Jova escribe:
“Excélsior frecuentemente toma un línea anti – americana pero es el periódico más influyente de México y goza de considerable (posiblemente inmerecido) prestigio en el hemisferio. El Heraldo es notablemente más conservador que Excélsior pero tiene aproximadamente la misma circulación (…). Siento que serviría a nuestro propósito si Usted pudiera conceder ambas entrevistas”.
La Embajada de Estados Unidos consideraba a Excélsior como “independiente” frente al gobierno de Echeverría. También se refería al diario en ocasiones como “influyente”, “izquierdista”, “izquierdista - nacionalista” o “de centro izquierda”. (1973MEXICO06466_b, 1975MEXICO00694_b, 1974MEXICO00847_b, 1974STATE026278_b).
En otro cable, el 1975MEXICO05571_b, éste dirigido por el Embajador Jova al propio Kissinger, el diplomático reitera la influencia de Excélsior en Latinoamérica, algo que al parecer era un elemento muy importante en su visión, y señalaba a Scherer como puntual en la publicación de hechos y declaraciones, aunque incisivo en sus ángulos informativos.
“1.- Julio Scherer García, el director de Excélsior, el diario líder en la Ciudad de México y el único periódico mexicano que tiene influencia en toda Latinoamérica, ha solicitado especialmente una entrevista con usted. Estaría preparado para venir a Washington en cualquier fecha conveniente pero le gustaría que fuera lo más pronto posible.
2.- Scherer es además actualmente Presidente de Latin, servicio de prensa apoyado por varios periódicos líderes en Latinoamérica.
3.- Aunque Scherer dice que su entrevista será en un tono positivo, y aunque creemos que ciertamente será puntual en lo referente a sus declaraciones, él es a veces sinuoso en lo que respecta a comentarios interpretativos. Aun así, en vista de su posición, yo recomendaría que lo reciba.
Jova.
CONFIDENCIAL”
El 14 de mayo de 1976, la Embajada reportó a Washington que Excélsior había publicado un editorial “altamente crítico” del Secretario Kissinger, titulado “El mundo de acuerdo al gusto de Kissinger” (1975MEXICO04240_b), criticando sus declaraciones en las que había dicho que “el presente sistema económico ha servido bien al mundo” y señalando que el sistema económico sólo había beneficiado a un solo país: Estados Unidos.
A pesar de su línea editorial que parecía en ocasiones incomodar al gobierno estadounidense, la propia embajada consideraba a Scherer un periodista informado y su opinión, muy valiosa. Tras un desayuno en septiembre de 1975 del propio Embajador con Scherer en la que el periodista habló de los escenarios que veía para la candidatura presidencial, Jova reportó a Washington:
“Scherer García es uno de los directores de noticias más informados de México y su opinión, a pesar de las reservas de la Embajada, vale la pena ser considerada”. (1975MEXICO08186_b)
Los cables desclasificados también muestran la petición de la Embajada de Estados Unidos para obtener información con la que pudieran convencer a Scherer de las violaciones de derechos humanos en Cuba, luego de que el periodista hablar de las violaciones que se llevaban a cabo en Chile, en la dictadura de Pinochet (1975MEXICO05326_b).
Dentro de los reportes y análisis que hacía Estados Unidos a las publicaciones críticas e independientes de Excélsior, interesantemente, un cable no fue desclasificado. Se trata de cable que la Embajada estadounidense dedicó a los comentarios del editorial que Excélsior publicó en agosto de 1974 sobre la CIA. El documento 1974MEXICO06660_b señala que no fue desclasificado por “orden ejecutiva o por por otra ley o legislación del Departamento de Estado”.
LAS INTENCIONES DE ECHEVERRÍA CON LA PRENSA
Semanas antes del “golpe a Excélsior”, la Embajada de Estados Unidos contaba con un reporte confidencial que señalaba que el Presidente Echeverría buscaría “meter en cintura” (bring to heel) a Scherer y a Excélsior.
De acuerdo con el cable 1976MEXICO08735_b redactado el mismo día del golpe, el 8 de julio, pero antes de que la Embajada conociera de los sucesos en Reforma 18, el informe secreto hablaba de la molestia de Echeverría con el diario y que estaba buscando acciones para parar su libertad editorial:
“De acuerdo a un reporte confidencial de varias semanas atrás, el Presidente Echeverría, alimentado por los ataques de Excélsior (entre otras ofensas percibidas) al Gobierno y a López Portillo había determinado “meter en cintura” al diario. El reporte sugería que el gobierno buscaría desalentar la publicidad en Excélsior y quizás usar otros medios de presión financiera”.
El cable no menciona nada, sin embargo, de los boicots de publicidad empresarial que Excélsior ya había padecido anteriormente.
Scherer contaría años después como Juan Sánchez Navarro, el destacado empresario, el “ideólogo” de la clase empresarial, le contaría con detalle después cómo Echeverría había impulsado el boicot de publicidad al diario:
“Los empresarios que pesaban, los del poder económico y la influencia política, preocupados por el rumbo que tomada Excélsior, acordaron reunirse en la casa del fundador de la ICA, Bernardo Quintana. Invitaron al presidente Echeverría, que concurrió puntual a la cita. Hablaron del periódico. Era peligrosa la posición que asumía, más y más cargada a la izquierda. El director, Julio Scherer García, no ocultaba su tendencia política y era verosímil que se tratar de un sujeto proclive al comunismo. El diario mantenía un ritmo de crecimiento sostenido, fenómeno que se sumaba a las inquietudes de los empresarios. El anfitrión tomó la palabra y solicitó el parecer del presidente de la república.
Echeverría fue directo. Los hombres de la iniciativa privada rendían su cuota al auge del periódico, la publicidad era fuente de ingresos para el diario. Así fortalecía al enemigo común. En manos de los empresarios estaba el remedio a una situación que ya era crítica.” (La terca memoria, pág. 119).
Previamente al informe secreto (del cual la Embajada no revela el autor pero sostiene que es una “fuente confiable”) sobre las intenciones de Echeverría de nuevas agresiones contra Excélsior, la Embajada también había dado cuenta de los reportes que señalaban el interés del Presidente por mantener una prensa leal a él que le permitiera contar con difusión en el nuevo sexenio.
En el cable 1976MEXICO06463_b señalaba la información de que Echeverría estaría tras la adquisición de El Sol de México y sus 32 diarios regionales a través de, Mario Vázquez Raña y la recién formada Editorial Mexicana, S.A., EMSA (posteriormente Organización Editorial Mexicana, OEM), a quien se identificaba como su primo y como muy cercano a Echeverría.
El documento citado mencionaba también el posible interés de Echeverría en adquirir parte de El Universal, de Francisco Ealy Ortiz, quien también participaba en EMSA, como Presidente de la Junta de Directores.
El cable citaba como fuente al periodista José Pages Llergo, director de la revista Siempre, a quien la Embajada mencionaba como “confiable” por ser el “decano” del periodismo mexicano.
“Asumiendo que la información de arriba es cierta, parecería que EMSA es un organización frente para el Presidente y que la cadena de los Soles y El Universal le proveerán un aparato útil para darle voz pública a sus visiones después de que deje la Presidencia, en muchos sentidos como la misma forma en que Miguel Alemán ha utilizado a Televisa en años recientes”.
EL “GOLPE A EXCÉLSIOR”
“Mientras esto está siendo redactado, hemos recibido reportes de que miembros disidentes en la reunión de la cooperativa están armados y van a buscar remover a Scherer García y a sus principales ayudantes”, reportó la Embajada de Estados Unidos a Washington en su cable 1976MEXICO08783_b, redactado el día 8, pero que en el sistema parecer ya en los primeros minutos del 9 de julio de 1976.
Antes, la Embajada señalaba la presión a Scherer y su grupo que se había ejercido desde la televisión y otros medios:
“Los miembros disidentes de Excélsior recibieron un amplio espacio la noche de este 7 de julio en el programa del populara comentarista Jacobo Zabludovsky “24 horas” para criticar a Scherer García y a otros líderes de Excélsior y este día 8, se publicó un anuncio de plana completa en Novedades repitiendo esos ataques y urgiendo a la cooperativa a asistir a la reunión que se celebrará hoy”.
¿Por qué querría Echeverría atacar a Excélsior? El reporte confidencial atribuye al Presidente el sentimiento de que Excélsior ha roto las “reglas no escritas del juego” atacando al Presidente, al gobierno en general, al PRI y al Presidente electo López Portillo”, informaba el Embajador párrafos más abajo en el mismo cable.
Al embajador Jova se le hacía difícil creer que Echeverría buscara atacar a Excélsior sobre por una cuestión de independencia editorial, ya que, además, consideraba, que no había habido críticas directas al Presidente:
“Excélsior ha estado entre los más vigorosos e independientes diarios de la Ciudad de México pero critica al Gobierno en maneras en que nosotros habíamos pensado estaban dentro de los límites aceptables.”
Es por eso que en el reporte, el Embajador especulaba con más razones del ataque de Echeverría a Excélsior, además de la línea e independencia editorial:
“Otra explicación podría relacionarse a las ambiciones periodísticas del propio Presidente. Se cree que ha comprado acciones de control en dos periódicos de la Ciudad de México (El Sol y El Universal), cuya influencia combinada probablemente no iguale la de Excélsior y así quizás estaría atacando a la competencia mientras aún tiene el poder y el aparato de seguridad para hacerlo” (1976MEXICO08783_b).
Horas después, la Embajada ampliaría su reporte sobre el “golpe a Excélsior”. En el cable 1976MEXICO08849_b, titulado “Liderazgo de Excélsior destituido: solicitud para cómo responder”, los diplomáticos estadounidenses sintetizaban:
“Se resume los eventos de este 8 de julio de la destitución del liderazgo del influyente diario Excélsior de la Ciudad de México, junto con la renuncia de cerca de 50 escritores y periodistas de alto nivel asociados con el periódico (…) La destitución (tenemos buenas razones para creerlo) fue encubiertamente organizada por altos funcionarios de seguridad del Presidente Echeverría y puede bien resultar en una modificación sustancial de la línea editorial de Excélsior”.
En otro cable, más escueto, enviado un par de horas antes y titulado solamente “Liderazgo de Excélsior destituido”, la Embajada detallaba la magnitud del éxodo de periodistas y columnistas:
“Cuarenta y ocho escritores, académicos, periodistas e intelectuales que habían firmado un desplegado pagado que debía haberse publicado el 8 de julio pero que bajo amenaza no fue publicado, han dejado el periódico. Estos incluyen a Alejandro Aviles, Gaston García Cantú, Ricardo Garibay, Miguel Ángel Granados Chapa, Jorge Hernández Campos, Juan José Hinojosa (miembro del PAN, partido de oposición), Armando Labra, Froylán López Narváez, Luis Medina, Carlos Monsiváis, Abel Quesada, Samuel del Villar, Abelardo Villegas y Miguell Wionczek, entre otros” (1976MEXICO08820_b).
LA INFLUENCIA DE EXCÉLSIOR EN EL MUNDO
Tanto el servicio diplomático de Estados Unidos como el Presidente Echeverría estaban pendientes de las reacciones internacionales al “golpe” a Excélsior, como los propios cables de la embajada comenzaron a llamar consecuentemente al evento.
Los cables estadounidenses de los días siguientes (de diversas embajadas, no sólo la mexicana) reprodujeron las reacciones en la prensa en los diversos países americanos (tanto en Estados Unidos como en Lationamérica), enfatizando cuando la nota había pasado inadvertida o había sido destacada.
En tanto, en una reunión en México del Embajador con el Subsecretario de Presidencia, Fausto Zapata, para conocer su versión del asunto (a petición del funcionario, precisa la Embajada), el “confidente de Echeverría” presumió cómo se había impedido a Scherer ir a Estados Unidos para platicar con los medios de allá.
“Mencionó que Scherer había intentado ir a Estados Unidos para contar su versión de la historia a la prensa estadounidense pero que había sido “persuadido” de lo no recomendable de su plan”( 1976MEXICO09834_b).
Vicente Leñero narra el episodio en el libro “Los Periodistas”, compartiendo cómo el Presidente Echeverría citó a Scherer a Los Pinos y cuando apenas entraba a su oficina, acompañado de sus hombres de confianza, el Presidente advirtió:
“No vayas a Washington, Julio. Es traición a la patria.
¿Cómo sabe que voy a ir a Washington, señor Presidente? Todavía no lo saben mis amigos.
Sonrió Echeverría: Ya lo ves, estoy muy bien informado.
El teléfono” (remataba Leñero, haciendo referencia al espionaje telefónico que sufría el grupo salido de Excélsior).
Comenta el Embajador Jova:
“Esta hostilidad de Echeverría hacia Scherer recuerda la observación de las memorias de Pablo Neruda sobre que “el Presidente (mexicano) era un emperador azteca, mil veces más intocable que la familia real de Inglaterra. Ningún periódico, ni en broma ni en serio, podía criticar al excelso funcionario sin recibir de inmediato un golpe mortífero” (1976MEXICO09834_b).
La versión que el gobierno de Echeverría dio, a través de Zapata, a Estados Unidos, sobre los sucesos en Excélsior (mencionada en el mismo cable) era que todo había sido un asunto interno de la cooperativa y que el Gobierno de Echeverría, al contrario, había sido benefactor del diario.
“Rápidamente dio una extendida defensa de la inocencia del gobierno en el caso Excélsior, diciendo que el gobierno en numerosas ocasiones había ayudado a Scherer García y Excélsior a salir de dificultades económicas (comentario: que habían sido probablemente orquestadas por el Presidente) y que Scherer García estaba de hecho sólo sufriendo las consecuencias de haber fallado en mantener sus bases de apoyo en la cooperativa”:
Previamente, la Embajada se había entrevistado con un miembro del grupo de Scherer (quien no es identificado) para conocer razones y más detalles de su visión de la salida. En el cable “El golpe a Excélsior: la visión del porqué de un partidario de Scherer” (1976MEXICO08888_b) se relataban detalles de la operación para destituir a Scherer en la cooperativa y se concluía:
“La fuente dice que él piensa que la destitución tiene que ver con el deseo del Presidente de retener control político después de que deje la Presidencia”.
LA OFERTA Y LAS AMENAZAS A SCHERER
“Jamás haría eso. Nunca trabajaría para esa gente. No soy una prostituta”, le respondió Julio Scherer al Embajador Jova, según la versión del diplomático, cuando éste le preguntó por una oferta de trabajo de Mario Vázquez Raña para El Sol de México.
El embajador, narra (1976MEXICO10575_b), que había buscado platicar a solas con Scherer en una cena el 12 de agosto para preguntarle, entre otras cosas, sobre el rumor de que había sido reclutado por el Sol de México. Scherer confirmó que había recibido la oferta pero que la había rechazado inmediatamente.
Jova aprovechó para preguntar a Scherer su opinión sobre otro rumor: el de un posible asesinato de López Portillo por orden de Echeverría, que la misma Embajada analizó ampliamente para Washington en el cable (1976MEXICO10067_b).
En ese cable, por cierto, la Embajada era muy elogiosa de Plural, la revista cultural de Excélsior:
“Una de las bajas del golpe de Excélsior fue “Plural”, una sofisticada publicación de Excélsior sobre las artes y la política. Editada por Octavio Paz y llevada por los mismos escritores e intelectuales que dejaron Excélsior con Scherer, que publicó en su última edición en julio. Esto, por sí mismo, hace de la edición un número de colección pero un artículo póstumo escrito por Daniel Cosío Villegas, el historiador más famoso de México, observador y analista político, lo ha hecho prácticamente imposible de obtener.
(…) Cosío escribe directamente del tema que usualmente es discutido aquí sólo íntimamente entre los amigos más cercanos: la ambición del Presidente para retener el poder político. (…) Cosío concluye que Echeverría va a retener cerca del 70 por ciento de su poder en el Congreso, después de la posesión de López Portillo. Cosío luego añade un ominoso paréntesis acerca de su predicción: “siempre que algo grotesco e imprevisto no ocurra” (1976MEXICO10067_b).
En la cena, donde el Embajador se acercó a Scherer, el periodista confesó que él mismo había sido amenazado durante el golpe a Excélsior y añadió: “Odio admitirlo. Pero sí, tengo miedo y veo problemas, problemas incluso para López Portillo; Echeverría es capaz de todo” (1976MEXICO10575_b).
Leñero luego contaría:
“Fue semanas después del golpe a Excélsior (cuando balearon las ventanas de su casa) Todo el tiempo que estuve en Proceso sucedían cosas. Descolgaba el teléfono y me decían majaderías o ya más directo: "Te vas a morir, cabrón". Una vez le conté a Julio y respondió: "A mí me llaman a cada rato, no hagas caso, no pasa nada. Julio era muy audaz porque aquellos tiempos distaban de ser como los de ahora, en los que nadamos en una libertad desmedida” (Reforma, 19 junio 2005).
EL NACIMIENTO DE PROCESO
Estados Unidos estaba pendiente de los nuevos pasos que siguieran Scherer y los periodistas salidos de Excélsior.
Casi dos semanas después del “golpe a Excélsior”, el 21 de julio, la Embajada dio cuenta en un nuevo cable diplomático de los intentos de Scherer y parte del grupo de periodistas salidos de Excélsior por emprender una nueva aventura periodística, como se anunció el día 19 en una cena recaudatoria de fondos.
“Scherer, según se reporta, le dijo a algunos invitados que tenía en mente organizar un “servicio de noticias” al estilo de AP/UPI, por medio del cual su grupo pudiera seguir proveyendo servicios a periódicos de todo México que previamente compraban información de Excélsior. Se reporta que añadió que la agencia podría ligarse con “Latin” (el servicio latinoamericano de “Reuters”) (1976MEXICO09353_b).
El 10 de noviembre, la Embajada informó: “Publicada la revista de noticias de Scherer García”.
“El ex director de Excélsior, Julio Scherer García, publicó la primera edición de su revista semanal de noticias, Proceso. Las copias se distribuyeron en los puestos de revistas el 6 de noviembre y fueron vendidas en horas” (1976MEXICO14248_b).
El informe diplomático destacaba que las notas y artículos de opinión de la revista eran mucho más críticos del Presidente de la República de los que nunca se había visto en Excélsior.
El embajador comentaba: “es obvio que Scherer García estaba determinado a sacar Proceso a la luz antes de que Echeverría dejara el poder y lo logró a pesar de los esfuerzos del Gobierno para frustrar el esfuerzo”.
EL SEXENIO DE LÓPEZ PORTILLO
Los “cables Kissinger” abarcan hasta el 31 de diciembre de 1976, por lo que hay pocos cables referentes al sexenio de López Portillo y a la actuación de éste respecto a la prensa y Proceso.
Hay testimonio, eso sí, de que López Portillo aseguró a Estados Unidos que reconocía la mala imagen para México que había traído el escándalo de Excélsior.
En un desayuno privado de hora y media del Embajador Jova con José López Portillo el 24 de agosto, que luego Kissinger personalmente agradecería (1976STATE213926_b) por la información para cómo tratar al nuevo mandatario, López Portillo abordó el tema:
“Estaba ansioso por tener contacto con la prensa y los medios y reconoció que el escándalo Excélsior combinado con el problema judío/mexicano, había debilitado la imagen pública de México”, contó el Embajador en el cable “Desayuno conversación con el Presidente Electo José López Portillo” (1976MEXICO10914_b).
Apenas 16 días después de tomar posesión como Presidente, el gobierno de López Portillo despidió a Abel Quezada, que había sido nombrado director del Canal 13.
“1.- La administración de López Portillo sufrió su primer baja política cuando el canal nuevo director del Canal 13, propiedad del gobierno, el caricaturista Abel Quesada, fue obligado a renunciar por haber públicamente criticado al ex Presidente Echeverría. Quesada, un talentoso cartonista, del “viejo Excélsior”, había sido un gratificante y sorpresivo nombramiento para aquellos que salieron de Excélsior en julio. Pero los comentarios de Quesada, hechos durante su toma de posesión, aunque ingeniosos y graciosos, fueron también mordazmente críticos de la administración anterior”.
2.- Esto aparentemente enojó al Presidente López Portillo, quien había dejado saber que no toleraría ninguna crítica pública a la administración saliente.” (1976MEXICO15863_b).